sábado, julio 23, 2005

Fin...

Después de un viaje
después de un desencuentro:
Deciden desguazar
un tren automático.
Tras sacar
de mi maleta
mi disfraz
de mujer independiente,
liberada,
y libre...
modelo años setenta,
me desvisto,
suelto lastre.
He citado
a mi cómplice
el Alquimista de Emociones.
Redactaré una carta,
que el leerá
por mí,
en silencio...
con una sola palabra:
Fin...
Maravilloso disfraz;
ajeno al dramático suceso,
al comienzo del segundo acto
de la tragedia,
el tren
puede ser desguazado,
por expertos y especialistas
en ingeniería emocional...
Dentro de mí
algo cambió
y no volverá a cambiar
jamás...
ya no pienso
ya no.
Y ahora
sólo tocas mi cansancio
y tú ya no me dueles
fíjate qué triste.
Y el sol saldrá, para ellos...
Fin...

María Alventosa
17 de Enero de 05

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