martes, marzo 21, 2006

Pido que el camino sea largo

Pido que el camino sea largo

Pido que el camino sea largo
pues lo que ha de acontecer
lo llevo dentro de mi alma,
el pasado dicta mi suerte…
Mi destino es la nada,
pido que el tiempo se detenga,
encontraré otros lugares,
la problemática me seguirá.
Vagaré por otras ciudades
con las mismas emociones,
en otras calles…
En dónde fije mis ojos
y adonde quiera que vaya,
contemplaré la miseria de mi vida.
En dónde quiera que viva
aparece mi pasado
como condena dictada.
Adonde quiera que arribe
tendré mi ruina
dónde quiera que este
hallaré el abismo
y la negación a resurgir.
Mi destino es el vació
y la estupidez cotidiana.
Pido que el viaje sea largo
quizá así me salve de la huida.


María Alventosa Talens
Madrid 4 de Febrero de 2006

lunes, marzo 20, 2006

EL PADRE PABLO

El Padre Pablo
Ugo Calvigioni


Desperté temprano como todo domingo, aroma a café, tostadas, lecturas del periódico.
Camine hacia las puertas de la catedral, esperaba ver un sol radiante, pero algunas
nubes grises y vientos como venidos de lugares paganos acariciaban los arcos del
santuario. La gente del pueblo llegaba y se situaban como siempre en el mismo lugar.
Un día pleno.
Solo un asiento quedaba sin ocupar.
Comencé la misa como de costumbre, mis oraciones, algunos cantos de mis ayudantes.
Por un instante se hizo silencio...
entraba ella, directo al único asiento vacío.
De figura esbelta, con capa obscura,
la seguí con la vista hasta buscar su mirada.
Sus ojos grises me invadían desde allí sentada, miles de fieles y solo la veía a ella.
Sentía correr por mis venas pecado y lujuria, mientras oraba.
Cerré los ojos para pensar por un momento que solo era una ilusión,
levante mi rostro y nadie había.
Nadie.
Solo ella,
sentada frente a mi, ofreciendo su cuerpo.
Nos amamos en el altar, entre oros y encajes de satén,
con la inmensidad de un sacrificio, fuegos sin freo
cruzando los pecados, sin paz.
A lo lejos, escuchaba murmullos que se acercaban,
gente corriendo, alborotada.
No pude abrir los ojos, aquella mujer era,
mi muerte.
Mujer de ojos grises, rosa del pantano,
hoy todavía te busco, y me encuentro en otra frontera.
Este humilde Padre, seguirá pecando por ti.

NOTA SOBRE LA CONSTRUCIÓN DE LAS MASAS

Nota sobre la construcción de las masas

Alguna gente es joven y nada
más y
alguna gente es vieja y nada
más
y alguna está en el medio y
sólo en el medio.
y si las moscas usaran
ropa
y todos los edificios ardieran en
fuego dorado,
si el cielo se sacudiera como
en la danza del vientre
y todas las bombas atómicas empezaran a
gritar,
alguna gente sería joven y nada
más y
alguna gente vieja y nada
más y el resto sería lo mismo
el resto sería lo mismo.
los pocos diferentes
son eliminados bastante rápido
por la policía, por sus madres, sus
hermanos,
y otros
por sí mismos.
Lo que queda es lo que
ves.
Es duro.


Charles Bukowsky
EEUU