martes, agosto 02, 2005

Perdón; pido a los ausentes

Teníais una cosa
que muchos deseaban
por su poder:
dinero...
Entonces, un iluminado
poderoso y malo como el veneno
invento algo...
La raza pura;
pura ¿de qué,
de quién...?
Aquella mentira fue creciendo
pues tenían que arrebataros
el dinero.
Y os quitaron
incluso la vida.
Diseñaban barracones
para exterminaros;
construían celdas,
bunkers,
crematorios...
Era un secreto a voces,
representaban la muerte.
No quiero reconstruir
para la esperanza,
sólo pretendo que no olvidéis...
El hombre
tiene memoria frágil
y yo un cuerpo helado.
Pasaron cosas,
paradojas...
que marcarían
un antes y un después.
Sin justificación alguna,
alambradas: hambre,
enfermedades,
palizas,
y...
torturas.
Más tarde,
se repite la historia,
pero esta vez
sois vosotros los hostigadores.
Los otros
tienen algo
que vosotros queréis,
una ciudad que se cierne sobre cables,
un territorio,
un tesoro...
Entonces, alguien
manipulando vuestro credo
lo convirtió
en el compás de su delirio,
tema sagrado,
espuela de venganzas...
¿De quién?
quizá de Dios,
dicen vuestros locos egregios.
Aquello fue creciendo
Hoy hay más muertos
más ausentes...
Teníais que despojarlos
del territorio
con escusas,
sin holocausto.
El resto de los mortales
os cree, o necesita hacerlo,
sólo porque ahora
sois el capital.
Otros dicen que actuáis por acumulación.
¿Y el resto, los que no hemos pactado?
Al final, los mismos sucesos
torturas
equipaje de heridas
y cadáveres innecesarios;
pero menos expresados
más silenciados
y muy manipulados
Levando anclas...
Por ambas ambas partes
causa y efecto
viaje a los infiernos
con lágrimas de polvo.
Noticias
noticio
desde aquí
desde adentro
la letra herida
venera su dolor
con una reverencia sin final
pide perdón
sin importar el credo
por todos ellos
los ausentes.

María Alventosa

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