Al regresar de La Habana
mi utopía es terca,
autónoma y brillante...
e incluso clandestina,
ella ahora me convierte:
en prepotente, noctámbula y
socialmente incómoda.
A muchos les infarta
pues a mojito huele.
Son horas de silencios
arañando emociones,
son pautas para actuar
desde el conocimiento,
es tiempo de volar
e indagar en mí misma,
y de acallar dolencias;
la isla, ha hecho
un inventario
con mi desorden...
Introspección lectiva
Cuba habita en mí,
fin del laberinto,
no más lágrimas azules
desde un corazón desorientado.
9 de junio de 2006
María Alventosa
1 comentario:
"Cuba habita en mí,
fin del laberinto,
no más lágrimas azules
desde un corazón desorientado"
El corazón recobrará su camino
lás lágrimas serán perlas saladas
y miles de mariposas azules
te llenarán con su luz.
La vida es como un laberinto.No encontramos la salida; algunos días parecen noches, y los segundos horas... Pero nunca hay que perder la esperanza.
Con mis mejores deseos. Isabel
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